R-8
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Renault 8 En 1957
comienzan los estudios del sustituto del ya famoso Dauphine, el Renault 8, con
el nombre de proyecto 113. Por fin, el 22 de julio de 1962, se presenta el
Renault 8. Era el primer coche de masas producido con frenos de disco y supuso
una de las últimas propuestas de Renault por un "todo atrás". El nuevo Renault
hizo su entrada en el mercado americano colgado de un helicóptero que
sobrevolaba la estatua de la libertad. El Renault 8, exteriormente, ofrece un aspecto de coche grande, más grande de lo que en realidad es. Su gama de colores ayudó a aumentar la sensación de pequeño-gran utilitario, puesto que si bien su precio y prestaciones le sitúan más cerca de los utilitarios que los coches de mediana cilindrada, su aspecto exterior nos recuerda más al coche medio que al utilitario.
En línea
recta la dirección del R-8 es intachable y muy agradable de llevar en las
grandes curvas, en las que el coche tiende a irse un poco de atrás, siendo muy
fácil de corregirlo dando un ligero contravolantazo. En las curvas cerradas
tiende a levantar la rueda interior, pero para que esto se produzca se ha de
entrar en las curvas a gran velocidad. El Renault 8
adoptó un sistema mixto de frenos de disco delante y tambor detrás. Los discos
delanteros son de generosas dimensiones y muy efectivos. En la operación de
frenado también ayuda muchísimo el hecho de que, al contrario que en otros
coches, la caja de cambios del R-8 retiene muchísimo, lo cual ayuda en las
frenadas bruscas. El pedal del
freno en el Renault 8, es muy progresivo, y tan sólo gay que tener ligeras
precauciones en invierno, cuando el coche está muy frio y, por tanto, los frenos
también, en no frenar bruscamente hasta que los frenos se hayan calentado un
poco, pues sino de la sensación de que el coche está sin pastillas. |